Los Omega 3 pueden proteger de la COVID 19
Nadie duda que alimentación es uno de los factores que mayor influencia tiene sobre nuestra salud. Por eso no es de extrañar que una alimentación saludable sea un poderoso aliado en esta batalla que libramos, desde hace ya más de un año, contra el fatídico coronavirus.
Hoy vamos a comentar las recientes investigaciones que demuestran que un consumo de abundantes grasas omega 3 pueden ayudarnos en esta lucha.
Los pacientes diagnosticados con COVID-19 presentan síntomas que van desde ninguna manifestación, a manifestaciones leves o algo más serias con fiebre, dificultad para respirar, tos seca y problemas gastrointestinales. Las complicaciones más graves, las que llevan a la UCI, se deben a una excesiva respuesta del sistema inmunológico de la persona afectada que desencadena una respuesta inmunitaria brutal, excesiva, la llamada «tormenta de citocinas». Esta reacción se caracteriza por un estado generalizado de inflamación y de coagulación dentro de los vasos, sobre todo los pulmonares. Es aquí donde las grasas omegas 3 pueden ejercer su mejor efecto protector.
Las grasas omegas 3 de origen animal (EPA y DHA) ejercen tres efectos que pueden ser muy beneficiosos para frenar esta tremenda reacción del organismo ya que tienen reconocidos efectos antiinflamatorios, inmunomoduladores y anticoagulantes. Algunos de los estudios realizados en pacientes graves ingresados en la UCI pusieron en evidencia esta acción protectora de las grasas omega 3. Demostraron que la tasa de mortalidad era mayor en los pacientes que tenían menores niveles de grasas omega 3 en su sangre.
Esto nos da una pista fundamental para saber qué es lo que tenemos que hacer. Cuando nuestro menú diario es rico en omega 3, poco a poco, día a día, estas grasas saludables van reemplazando en todas nuestras células a las otras grasas menos saludables. Esto lleva su tiempo ya que hay que eliminar (quemar) las otras grasas para reemplazarlas por las buenas. Una buena dieta rica en omega 3 tarda unas semanas, meses, en reemplazar toda la constitución grasa de nuestro organismo. Por eso no se trata de atiborrarse de repente con puñados de capsulas de omega 3.
Lo mejor es ir modificando paulatinamente la composición grasa de todo nuestro organismo mediante una ingestión diaria y constante de alimentos ricos en este tipo de grasas. Si alguien quiere completar este aporte con suplementos no hay problema siempre que se haga con moderación y como complemento del aporte natural de alimentos ricos en omega 3. Los alimentos que nos pueden proporcionar omega 3 eficaces son los pescados y los mariscos, en especial los pescados grasos de aguas frías como salmón, caballa, atún, arenques, sardinas y boquerones. Las grasas omegas 3 que aportan los vegetales, como nueces, semillas de chía y los aceites vegetales apenas se transforman en los EPA y DHA, los que están en los organismos de todos los animales, incluidos nosotros. Son los que realmente nos protegen.
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